Des de la publicació de l'avantprojecte de la LOMCE, la nova llei en matèria educativa (i en van set en els temps de democràcia), són moltes les veus que s'han aixecat contra la barbàrie que s'esdevé. Una d'aquestes, la d'Ana M. Peña, la reproduiré aquí literalment:
Como muchos ciudadanos ya conocen, se ha hecho público en medio de una gran polémica el anteproyecto de ley de educación: LOMCE. Será nada menos que el séptimo intento de reforma del sistema educativo de la democracia y, como todos sus predecesores, presume de ser el definitivo. Quienes nos vemos obligados a plegarnos a lo que nos dicta cada temido cambio de gobierno, sabemos bien lo falaz que resulta esa presunción. Los docentes llevamos años pidiendo un gran pacto por la educación que aporte estabilidad y consenso a algo tan trascendental como la formación de las generaciones futuras.
Esta nueva ley no sólo no cumple con nuestras reivindicaciones sino que va camino de ser una ley del mercantilismo y de la búsqueda del rendimiento económico que, además, será tristemente recordada por ser la ley que asesta el golpe mortal a las humanidades y a las artes: desaparece el Bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza, elimina carga lectiva a asignaturas como Historia, Música o Historia del Arte y perjudica muy especialmente a las Lenguas Clásicas haciendo que desaparezca la Cultura Clásica de la Eso, limitando la presencia del Latín a la opción de humanidades y prácticamente eliminando el Griego, que ahora será “materia optativa de oferta no obligada”. ¡Triste consideración para la lengua y la cultura que han sido la base de toda nuestra civilización occidental! En Griego nació el diálogo y la democracia, la astronomía, las matemáticas, la filosofía, la arquitectura, la escultura o la literatura y, en definitiva, todo aquello sobre lo que se asienta nuestra civilización. Desde el Renacimiento hasta el siglo pasado, la tradición greco-romana ha sido siempre la reserva de la cultura y de la erudición, en ella buscaron inspiración literatos y artistas, de ella bebieron filósofos, políticos o científicos de todas las ramas y el propio latín fue lengua de prestigio y vehículo de la ciencia y de las letras hasta el siglo XVIII. Ahora no se publica en latín, es cierto, pero ¿acaso no pasa por términos griegos o latinos la gran mayoría del léxico culto de todas las ramas del saber? ¿Hay alguna materia que englobe más a todas las demás que las Lenguas y la Cultura Clásica?
Pero el humanismo no es rentable ni política ni económicamente. El gran Cicerón habla repetidamente del concepto de humanitas en el Pro Archia, para referirse a la erudición, al cultivo de la inteligencia y de todo aquello que nos diferencia de los animales (hoy día, también de las máquinas). Pero la progresiva eliminación de las humanidades de los planes de estudio en las últimas décadas, discurre pareja a la degradación moral y cultural – a la falta de humanitas - de nuestras sociedades modernas. Los planes de estudio basados casi exclusivamente en materias técnicas e instrumentales dan como resultado ciudadanos capaces de manejar complejos mecanismos o realizar tareas rutinarias, pero no personas creativas, hombres y mujeres de pensamiento y actitudes críticas o, lo que es lo mismo, seres humanos libres.
Habrá que hacer una reflexión seria antes de que sea demasiado tarde. Es hora de decidir qué escuela queremos para nuestros hijos: la que cultiva los valores y las habilidades intelectuales o la que produce mano de obra.
Ana M. Peña Cabanas
Profesora en paro de Latín, Griego y Cultura Clásica.
mareaverdemadrid.blogspot.com 09/10/2012
Parece que cuanto más nos intenta ayudar el Gobierno, más nos fastidia. Puede que tengan las mejores intenciones, pero en mi opinión todas las buenas intenciones del mundo no sirven para nada si lo único que hacen es fastidiarnos.
ResponElimina